El escrito solicitando un centro para la paz y la memoria en la antigua cárcel de Carabanchel fue firmado por centenares de personas, entre las que destacan, ex presos como Marcelino Camacho, Marcos Ana, Víctor Díaz Cardiel, Angustias Martínez, Gervasio Puerta, Nicolás Redondo, Antonio Ruiz o Julián Ariza; rectores, catedráticos y profesores de universidad como Carlos Berzosa, Fco. Fdez, Buey o Teresa Bustos; sindicalistas como JM Fidalgo, Manuel Zaguirre, Javier López, Ricardo Martínez o Agustín Moreno; actores como Federico Luppi, Juan Diego, Pepe Viyuela, Juan Diego Botto o actrices como Aitana Sánchez Gijón, Nuria Espert, Marisa Paredes o Pilar Bardem; investigadores del CSIC; músicos como Luis Pastor, Pedro Guerra, Miguel Ríos, Ana Belén, Labordeta, Kepa Juntera, Víctor Manuel, Aute, o la Excepción; escritores como López Salinas, Galeano, Isaac Rosa, Almudena Grandes, JL Sanpedro, Eduardo Mendicutti o Rosa Regàs; hispanista como Ian Gibson; periodistas como Javier Ortiz o Martxelo Otamendi; diputados nacionales y madrileños como Gaspar Llamazares; dirigentes políticos, vecinales y sociales; profesionales y vecinos en general, y multitud de organizaciones vecinales y de la memoria histórica.
En el escrito se afirma que “la madrileña cárcel de Carabanchel fue uno de los lugares emblemáticos de la represión que el pueblo español sufrió durante los largos años de la dictadura franquista”.
Recuerdan a Zapatero que “son numerosos los países que, habiendo sufrido los rigores de regímenes dictatoriales, han dedicado algunos de sus centros de tortura y exterminio como muestras vivientes de lo que nunca debe volver a ocurrir”.
Tras apoyar la lucha vecinal por el uso social de los terrenos de la prisión, el escrito termina: “Por todo ello solicitamos que parte de las instalaciones de la antigua cárcel de Carabanchel se destinen a crear un centro y museo de la memoria, de la paz, de la convivencia y del respeto a los derechos humanos, valor universal consagrado en la Declaración de 1948”.
Todos los edificios históricos de la antigua cárcel de Carabanchel han sido reducidos a polvo.
Permanece todavía en pie el pabellón del antiguo Hospital Penitenciario, actualmente destinado a Centro de Internamiento de Extranjeros (C.I.E.), en el que se priva de libertad, de nuevo hoy, a inocentes que no han cometido delito alguno: los inmigrantes sin papeles.
Por ello, nuestra Plataforma, en coherencia con su planteamiento y tras la desaparición del resto de los edificios, exige al Gobierno que destine esta dependencia para el Centro de
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