
Ahora ya está claro el motivo: Hoy, día 18 de noviembre, el Presidente del Gobierno, don José Luís Rodríguez Zapatero, acompañará a los Reyes de España en la inauguración de la remodelación de la Sala XX de la Sede de la O.N.U. en Ginebra (Suiza).
Su presencia allí, junto a otras notables personalidades, culminará el esfuerzo de nuestro país en la rehabilitación de las dependencias de dicho Organismo. Ese esfuerzo se ha materializado en la aportación, a través de la Fundación ONUART, de ocho millones de euros de dinero público, destinados a la recuperación de ese auditorio y a la decoración por un reconocido artista de la cúpula que lo cubre.
No entramos a opinar sobre la calidad de la obra de arte creada; ni siquiera si el resultado justifica el precio pagado. Lo que sí queremos destacar es la similitud de superficies y volúmenes de las cúpulas de Ginebra y Madrid:
- 1.400 metros cuadrados de superficie con culminación a 14 metros de altura en el caso de Ginebra (mayor superficie)
- 1.100 metros cuadrados de superficie con culminación a 25 metros de altura en el caso de Carabanchel (mayor volumen)
Y lo que nos enfurece es el doble rasero con el que nuestro Gobierno ha actuado en esos dos edificios tan similares: destruyendo uno y creando valor en el otro. Es decir, mientras en barrios populares de Madrid se nos priva de nuestra arquitectura más simbólica para especular con el solar resultante, se costea íntegramente la creación de un atractivo espacio en otro país en absoluto subdesarrollado.