"Tú no has visto nada de esto y, aunque lo intentaras,
jamás podrías imaginártelo".
El pasado martes, 26 de noviembre, el periódico digital
www.eldiario.es publicaba, dentro de la sección "Zona Crítica", un
escrito firmado por Ana García D'Atri con el título "Brigadas
Internacionales".
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Ana García D'Atri es la actual Portavoz de la Comisión de
las Artes, Deportes y Turismo del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento
de Madrid. Dentro de sus atribuciones, por sus intervenciones anteriores, deducimos
que parece ser la persona designada para tratar, en el ámbito municipal, los
temas relacionados con la Memoria Histórica.
Durante los pasados meses, hemos tenido conocimiento de
algunas de sus propuestas, y de otros
artículos escritos por ella, reivindicando el reconocimiento de colectivos o
instalaciones relacionadas con la Guerra Civil y el franquismo. Ese reciente
artículo se refiere, precisamente, a la propuesta de un mínimo recuerdo municipal
a las Brigadas Internacionales. Como era de esperar, en esa y en todas las
demás proposiciones, se ha encontrado con la respuesta negativa de aquellos a
los iban dirigidas: el Partido Popular en el Ayuntamiento de Madrid.
Si buscáis en "la hemeroteca", encontraréis
esos trabajos, de los que el citado al principio de este post es continuación.
En muchos de ellos, destaca y afea al Partido Popular su desinterés por el
patrimonio cultural en general y les achaca [con toda razón] un desprecio hacia
elementos de ese patrimonio representativos de la historia de los años de plomo
del pasado siglo. Palabras como "historia", "memoria",
"huella",
"desgarro", "conflicto", se contraponen en sus
textos con "olvido", "amnesia", "destrucción"...
Lamentablemente, en ninguno de esas redacciones, esos
términos los refiere a la cárcel de Carabanchel, cuyo derribo fue perpetrado por
los responsables de su partido hace ahora seis años. Sabemos que, en esa fecha,
ella no pertenecía todavía al PSOE o, al menos, no ostentaba ningún cargo
significativo en ese partido. Por eso, nos quedaba la duda de que no tuviera
conocimiento de la demolición o de quienes fueron realmente sus
responsables.
Sin embargo, parece claro que más bien se trata de un
intento de lavado de cara con el objetivo de captar posibles votos de cara a
las elecciones municipales y autonómicas que deberán celebrarse antes de seis
meses. No se trata únicamente de la intencionada omisión de cualquier
referencia en sus escritos.
En las pasadas semanas, el candidato reconocido a la
Alcaldía de Madrid en representación del PSOE ha visitado los barrios próximos
a Carabanchel al menos en dos ocasiones. Sabemos que, dentro de esa precampaña
electoral, en una de esas visitas, se ha acercado incluso hasta la valla
perimetral del solar de la cárcel. Resultado: ninguna alusión a su existencia o
su futuro ni, por supuesto, a su arrasamiento y estado actual.
No parece casualidad que ambos desdeñen Carabanchel, cuyo
derribo es un episodio muy destacado en esa "Ciudad de la
Destrucción" de la que tanto abominan. Más bien parece que "el olvido
de nuestra Historia, especialmente de alguna parte de nuestra historia", ese que dicen es "fruto de una decisión
ideológica" también les afecta de lleno a ellos.
"Estas son las últimas cosas
–escribía ella–. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. Puedo hablarte
de las que yo he visto, de las que ya no existen; pero dudo que haya tiempo
para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir el ritmo. No
espero que me entiendas. Tú no has visto nada de esto y, aunque lo intentaras,
jamás podías imaginártelo".
Paul Auster, El país de las últimas
cosas, 1987, describiendo la Ciudad de la Destrucción.
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