...de la muerte, en la cárcel de Carabanchel, mediante la despiadada técnica del garrote vil, de Francisco Granados Gata y Joaquín Delgado Martínez.
Agustín Rueda, Francisco Granados y Joaquín Delgado
(carteles colgados en la cárcel de Carabanchel en septiembre de 2008)
Si ayer hablábamos del silencio que ha rodeado el fallecimiento de Gervasio Puerta, ¿qué podemos decir hoy? Quizas a muchos, sobre todo a los jóvenes, les sorprenda saber que, no hace tanto tiempo, en este país se ajusticiaba asesinaba a personas acusadas de delitos que, como se demostró en este caso, no habían cometido.
Delgado y Granados fueron acusados de la colocación de dos artefactos explosivos en sedes oficiales, acciones en las que no hubo víctimas. No habían pasado dos meses desde esos hechos y poco más de quince días desde que fueron detenidos cuando se les dio muerte, lo que da idea de la falta total de garantías de su juicio sumarísmo... Años más tarde los verdaderos autores confesaron su actuación.
No hace tanto tiempo, el 18 de diciembre de 2006, la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo (sí, todavía existe ese anacronismo) rechazó la demanda de revisión del injusto proceso franquista de 1963.
50 años más tarde se sigue sin hacer Justicia.
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