Hoy se cumplen cuatro años desde el derribo de Carabanchel.
Por supuesto: la histórica prisión no fue derruida en un solo día pero, durante el tiempo transcurrido, todos los grupos y personas que seguimos empeñados en que en el solar se ubique un espacio de memoria y homenaje siempre hemos coincidido en elegir el 24 de octubre para realizar diferentes actos de recuerdo.
El motivo no es otro que, en este mismo día de 2008, pocos minutos antes de las nueve de la noche, los operarios contratados por el Ministerio del Interior cumplieron la orden de dañar irreparablemente y de forma urgente el centro de vigilancia del complejo, la imponente cúpula central. Tras trabajar durante todo ese viernes de forma frenética (las obras habían empezado oficialmente el día anterior) y a pesar de haber sobrepasado ampliamente el horario establecido quisieron acallar rabiosamente a quienes, desde la calle, desde la cultura, desde los medios informativos, desde la política pedíamos un diálogo que nos negaron.
No importó que ya fuera noche cerrada y que la enorme máquina encargada de la vergonzosa tarea tuviese que desplazarse varios cientos de metros y cabalgar sobre el irregular lecho de peligrosos escombros al que, previamente, otra enorme excavadora había reducido la galería sur del panóptico. Ni seguridad ni normativa era su prioridad.
Les era insoportable mantener ese fin de semana aún intacta la extraordinaria cúpula. Cientos de personas protestaban en el exterior, todos los periódicos daban cuenta de la noticia del inicio de las obras (negado por el propio ministerio), todas las cadenas de radio y televisión habían desplazado equipos al exterior del recinto y habían transmitido lo que allí estaba sucediendo. Esperaron a que se fueran y...
Como dijimos hace unos días, no vamos a celebrar ningún acto conmemorativo este año. La situación social de nuestro país, golpeado por una gran estafa (que no crisis) nos ha hecho reflexionar sobre la idoneidad de realizar la habitual convocatoria. Vivimos días de más que justificadas protestas ciudadanas, incluyendo una inminente huelga general y no queremos sobrecargar ni desgastar a quienes nos apoyan.
No obstante, tampoco queremos que pase esta fecha sin recordar este aniversario. Sirva este modesto escrito para reafirmar que no olvidamos: recuérdalo tu también y recuérdalo a otros...
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